Fortalezas
Las fortalezas de la isla comenzaron en tiempo de la conquista. Existían dos fortificaciones más a parte de las que perduran actualmente, que son a las que tratamos de acercarnos.
Existía la Torre de Santa Ana, se encontraba en la caleta que tiene el mismo nombre o Charco de los Abades, en los alrededores de San Telmo. Se terminó de construir en 1581. Junto con el castillo de Mata formaban los dos fuertes que se encontraban en los flancos de la muralla norte.
No estaba rodeada por tierra. Había que acceder a ella con la marea baja. Tenía una planta circular. La Torre no tenía una gran capacidad de almacenamiento. Ya en el siglo XIX fue demolida y cuando se trazó la autovía del sur se cedió el solar de la Torre a la ciudad.
Otra fortificación que no ha perdurado hasta la actualidad es el castillo de Santa Catalina. Se encontraba a más de la mitad del camino hacia la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Estaba entre el fuerte de La Luz y el castillo de Santa Ana, pudiéndose cruzar sus fuegos en caso de ataque. Contaba con una base octogonal estrellada, la puerta de acceso estaba a 4'5 metros sobre la playa y un puente levadizo. Fue desartillado en 1926 y sus ruinas quedaron bajo las obras de la Base Naval.
